EN EL NOMBRE DEL PADRE

En Octubre de 1974 el IRA comete un atentado en un pub de Londres, del cual son culpados injustamente cuatro irlandeses, conocidos desde entonces como "Los cuatro de Guidford", en honor al nombre del local de copas. Pasarían años en las carceles británicas antes de ver limpiado su nombre, salvo uno de ellos Guisseppe Conlon, fallecido en cautividad.

Jim Sheridan recrea el drama de unos seres humanos acusados de acabar con la vida de cinco personas, cuyo único delito fue encontrarse en el lugar y hora equivocados. Danny Day Lewis, Emma Thompson y Pete Postlethwaite rozan la perfección en su interpretación. El largometraje consigue calar hondo en nuestros corazones, hasta el punto de que producida la liberación de los reos, uno también se siente libre como así afirma Lewis al final del film. Ésta y otras escenas como la de los presos arrojando papeles incendiados por las ventanas de las celdas tras confirmarse el fallecimiento del citado Guisseppe (Postlethwaite demuestra su notable talento), se tatuan para siempre en nuestras retinas. Es una película de sentimientos, para la reflexión, pero tan equilibrada que no se nos hacen pesadas las más de dos horas de contenido. No dejen pasar la oportunidad de verla, repetirán.

TESTIGO DE CARGO

No pretendo que esta página sirva exclusivamente para homenajear a Billy Wilder, pero debido a su alusión en el artículo anterior, me vino a la cabeza este interesante thriller del genial director, encasillado en el género de la comedia, aunque como se puede apreciar en este film, así ha sido porque así lo ha querido.
Wilder dirige al grandísimo Charles Laughton consiguiendo que su partenaire, la legendaria Marlene Dietricht -56 años cumplidos en el rodaje- secunde con notable éxito al británico, protagonista absoluto del film, aunque no logrando el mismo efecto con el mediocre Tyrone Power, excesivo en sus muecas, expresividad y movimientos.
Por último, no debemos olvidar a Elsa Lanchester en su papel de enfermera de Sir Wilfrid (Laughton). La que fuera "La novia de Frankestein", introduce junto al genio de Yorkshire el elemento cómico, tan necesario para relajar las numerosas situaciones de clímax de la película. Los enfrentamientos entre el abogado de Power y su cuidadora son notables, uno tratando de fumar puros y beber whisky y otra tratándo de evitarle mayores problemas cardiacos al colegiado.
Imprescindible hacerse con una copia.

CON FALDAS Y A LO LOCO

"I can´t believe in god, but I believe in Billy Wilder". Así recogió su "Oscar" Fernando Trueba por "Belle Epoque", y no le faltaba razón. Wilder ha sido un director fantástico, y este film es una demostración de ello, logrando que actores de corte discreta como Curtis y Monroe, no desentonasen demasiado al lado de mounstruos de la talla de Lemmon.
El largometraje sigue un ritmo ligero, sin pretensiones, sin moralejas o mensajes subliminales, pero esto también es el cine, entretenimiento sin más. Consigue mantener al espectador sentado en el sillón de su casa sin levantarse al servicio o acudir a picar cualquier cosa a la nevera. "Con faldas y a lo loco" es imprescindible, es una comedia con todas las letras para visionar una y otra vez, de esas en las que cada nueva proyección descubrimos un gag nuevo que nos consigue admirar. Insisto, Wilder es un peso pesado del cine, y en esta película da una lección magistral de dirección.
Para finalizar, el video de la última escena, que ha pasado a la historia del séptimo arte: